Depresion



   Ocasionalmente, todos nos sentimos melancólicos  o tristes, pero estos sentimientos, por lo general, son pasajeros y desaparecen en unos días. Cuando una persona tiene un trastorno depresivo, este interiere con la vida diaria y el desempeño normal y causa dolor tanto para quien padece el trastorno como para quienes se  preocupan por él o ella. La depresión es una enfermedad  común pero grave y la mayor parte de quienes la padecen  necesitan tratamiento para mejorar.  
Muchas personas con una enfermedad depresiva nunca  buscan tratamiento. Pero la gran mayoría, incluso 
aquellas con los casos más graves de depresión, pueden  mejorar con tratamiento. Intensivas  investigaciones  de la enfermedad han resultado en el desarrollo de medicamentos, psicoterapias, y otros métodos para tratar a las personas con este trastorno incapacitante.


¿Cuáles son los diferentes tipos de depresión? 

Existen varios tipos de trastornos depresivos. Los más comunes son el trastorno depresivo grave y el trastorno distímico. 
El trastorno depresivo grave, también llamado depresión grave, se caracteriza por una combinación de síntomas que interieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer, y disfrutar de las actividades que antes resultaban  placenteras. La depresión grave incapacita a la persona y  le impide desenvolverse con normalidad. Un episodio de depresión grave puede ocurrir solo una vez en el curso de vida de una persona, pero mayormente, recurre durante toda su vida

El trastorno distímico, también llamado distimia, se caracteriza por sus síntomas de larga duración (dos años o más), aunque menos graves, pueden no incapacitar a una persona pero sí impedirle desarollar una vida normal o sentirse bien. Las personas con distimia también pueden padecer uno o más episodios de depresión grave a lo largo de sus vidas. 

Algunas formas de trastorno depresivo muestran características levemente diferentes a las descritas anteriormente o pueden desarrollarse bajo circunstancias únicas. Sin embargo, no todos los científicos están de acuerdo en cómo caracterizar y definir estas formas de depresión.

 Estas incluyen: 
Depresión psicótica, que ocurre cuando una enfermedad depresiva grave está acompañada por alguna forma de psicosis, tal como ruptura con la realidad, alucinaciones, y delirios. 

Depresión posparto, la cual se diagnostica si una mujer que ha dado a luz recientemente sufre un episodio de depresión grave dentro del primer mes después del parto. Se calcula que del 10 al 15 por ciento de las mujeres padecen depresión posparto luego de dar a luz. 

El trastorno afectivo estacional, se caracteriza por la aparición de una enfermedad depresiva durante los meses del invierno, cuando disminuyen las horas de luz solar. La depresión generalmente desaparece durante la primavera  y el verano. El trastorno afectivo estacional puede tratarse eficazmente con terapia de luz, pero aproximadamente el  50% de las personas con trastorno afectivo estacional no responden solamente a la terapia de luz. Los medicamentos antidepresivos y la psicoterapia pueden reducir los síntomas del trastorno afectivo estacional, ya sea de forma independiente o combinados con la terapia de luz.


¿Cuáles son los síntomas de la depresión? 

No todas las personas con enfermedades depresivas padecen los mismos síntomas. La gravedad, frecuencia, y  duración de los síntomas pueden variar según la persona y su enfermedad en particular. 


síntomas 


Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, o vacío 
Sentimientos de desesperanza y/o pesimismo 
Sentimientos de culpa, inutilidad, y/o impotencia 
Irritabilidad, inquietud 
Pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, incluso las relaciones sexuales 
Fatiga y falta de energía 
Diicultad para concentrarse, recordar detalles, y para tomar decisiones 
Insomnio, despertar muy temprano, o dormir demasiado 
Comer excesivamente o pérder el apetito 
Pensamientos suicidas o intentos de suicidio 
Dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza, 
cólicos, o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento

¿Cómo se detecta y trata la depresión? 


La depresión, aun en los casos más graves, es un trastorno altamente tratable.Al igual que con muchas 
enfermedades, mientras más pronto pueda comenzar el tratamiento, más efectivo es y las probabilidades de 
prevenir una repetición son mayores. 
El primer paso para obtener el tratamiento adecuado es visitar a un médico. Ciertos medicamentos y condiciones médicas, tales como virus o trastornos de tiroides, pueden provocar los mismos síntomas que la depresión. Un médico puede descartar estas posibilidades por medio de un examen físico, una entrevista, y pruebas de laboratorio. Si el médico puede descartar a una condición médica como la causa, él o ella debe llevar a cabo una evaluación psicológica o referir al paciente a un profesional de la salud mental.

El médico o profesional de la salud mental llevará acabo una evaluación diagnóstica completa. Él o ella debe 
conversar con el paciente sobre cualquier antecedente familiar de depresión y obtener todos los antecedentes de los síntomas, por ejemplo, cuándo comenzaron, cuánto han durado, su gravedad, y si ocurrieron antes, y si los síntomas ocurrieron antes, cómo fueron tratados. 
Él o ella también debe preguntar si el paciente consume alcohol o drogas y si ha tenido pensamientos suicidas o de muerte. Una vez diagnosticada, una persona con depresión puede ser tratada con varios métodos. Los tratamientos más comunes son la medicación y la psicoterapia. 

Medicamentos 

Los antidepresivos normalizan las sustancias químicas naturales del cerebro llamadas neurotransmisores, 
principalmente la serotonina y la norepinefrina. Otros antidepresivos normalizan el neurotransmisor dopamina. 
Los científicos que estudian la depresión han descubierto que estas sustancias químicas en particular participan en la regulación de los estados de ánimo, pero no están seguros de cómo exactamente funcionan. 
Los tipos de medicamentos antidepresivos más nuevos y populares se llaman inhibidores selectivos de la 
recaptación de serotonina. Entre los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina se encuentran la luoxetina (Prozac), el citalopram (Celexa), la sertralina (Zolot), y varios otros. Los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina son similares a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina e incluyen la venlafaxina 13 (Effexor) y la duloxetina (Cymbalta). 
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina son más populares que los antidepresivos más antiguos, como los tricíclicos (llamados así por su estructura química) y los inhibidores de la monoamino oxidasa porque tienden a tener menos efectos secundarios. No obstante, los medicamentos pueden tener distintos efectos en las personas, no existe una única propuesta cuando se trata de medicamentos. Por lo tanto, los antidepresivos tricíclicos o los inhibidores de la monoamino oxidasa pueden ser la mejor opción para ciertas personas. Las personas que tomen inhibidores de la monoamino oxidasa deben atenerse a significativas restricciones alimenticias y medicinales para evitar posibles interacciones graves. Deben evitar ciertos alimentos que 
contienen niveles altos de la sustancia tiramina, la cual está presente en muchos quesos, vinos, y pepinillos así como en algunos medicamentos descongestivos. Los inhibidores de la monoamino oxidasa interactúan con la tiramina de tal forma que pueden causar un aumento agudo en la presión arterial, lo cual podría llevar a un derrame cerebral. 
El médico debe proporcionarle al paciente que tome inhibidores de la monoamino oxidasa una lista completa de los alimentos, medicamentos, y substancias prohibidas. 




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