Esquizofrenia



   La esquizofrenia es una de las enfermedades mentales más serias que ocasionan una gran perturbación en las relaciones sociales, familiares y labores de las personas que la sufren, que se inicia generalmente en la adolescencia, que tiene tendencia a evolucionar hacia la cronicidad y para la cual, no existe un tratamiento curativo en la actualidad, lográndose únicamente una remisión de los síntomas con el uso de antipsicóticos. 
   La esquizofrenia se caracteriza principalmente por la presencia de alucinaciones, ilusiones, paranoia y pensamiento confuso. Pueden presentarse uno o mas síntomas, o puede presentarse también síntomas caracterizados dentro de otros síndromes neuróticos o desórdenes de la personalidad, de tal manera que todavía no son claros los límites que definen a un individuo esquizofrénico.
Causas.
    No se ha descubierto aún la causa de la esquizofrenia. Sin embargo, la mayoría de los expertos están de acuerdo en que una serie de factores combinados con un riesgo genético contribuyeron al desarrollo de la enfermedad.
    Así como se piensa que el riesgo de contraer diabetes o problemas del corazón existe en determinadas familias, se cree que la propensión a la esquizofrenia también tiene una conexión genética. Por ejemplo, si un mellizo gemelo tiene esquizofrenia, el otro mellizo tiene entre un 50 a un 60 por ciento de posibilidades de contraer la enfermedad también.
    Todavía no se sabe exactamente qué es lo que desencadena la enfermedad en aquellas personas que tienen una predisposición familiar. Algunas teorías sugieren que debido a que la esquizofrenia generalmente se manifiesta por primera vez durante los cambios hormonales de la pubertad, estos cambios son los que provocan la enfermedad en aquellos con predisposición a la misma. Además, se consideran otros factores externos como infecciones virales, factores de gran estrés como pobreza o violencia y otros factores externos similares como posibles causas del trastorno.
Indicios y Síntomas.
    Los primeros indicios de esquizofrenia probablemente pasan desapercibidos por la familia y los amigos. Las personas que sufren de esquizofrenia muchas veces exhiben uno o más de los siguientes síntomas, durante las primeras etapas de la enfermedad: prolongada sensación de tensión; falta de sueño; mala concentración; aislamiento social y/o cambio en la personalidad.
    A medida que la enfermedad avanza, los síntomas pasan a ser más intensos y extraños. La persona se comporta en forma peculiar, habla de cosas sin sentido y tiene percepciones inusuales. Estos síntomas más graves son motivo para solicitar tratamiento.
    Los delirios son creencias inusuales no basadas en la realidad. Por ejemplo, las personas que sufren de esquizofrenia pueden creer que alguien puede escuchar sus pensamientos o controlar sus sentimientos, acciones o impulsos.
    Las alucinaciones son distorsiones de los sentidos. Las alucinaciones auditivas hacen que las personas escuchen sonidos inexistentes. Las alucinaciones visuales hacen que las personas vean cosas que no están allí. Las alucinaciones táctiles son sensaciones sin causa, como sentir comezón o que le quema la piel. También existen las alucinaciones olfatorias, que son oler olores inexistentes.
    Las preocupaciones son pensamientos que, en la mente de la persona enferma, son más importantes de lo normal. El mismo pensamiento se repite a menudo y puede convertirse en irreal. Esto puede incluir una preocupación de salud o de "hacer lo correcto".
    El pensar desordenadamente interfiere con la planificación, motivación y comunicación. Por ejemplo, una persona puede utilizar palabras sin sentido, o saltar de un pensamiento a otro no relacionado. El aislamiento social hace que la persona esquizofrénica se recluya. Esto puede darse debido a una intolerancia a estar entre multitudes, reuniones pequeñas e inclusive con sólo otra persona.
    La falta de motivación y emoción, así como también la apatía, son síntomas muy difíciles de aceptar por los miembros de las familias de los enfermos. Muy pocas personas experimentan todos estos síntomas a la vez. Algunos pueden manifestarse durante la fase de remisión y pueden agravarse durante la etapa más activa de la enfermedad.
    Existe una definición en la cuál se clasifican los síntomas positivos y negativos presentados por los pacientes esquizofrénicos:
Síntomas positivos
  •  Alucinaciones severas: auditivas, visuales y olfatorias
  •  Delirio de persecución
  •  Pensamiento incoherente
  •  Comportamiento desorganizado
  •  No se presentan anormalidades anatómicas encefálicas
  •  Los síntomas son reversibles por tratamiento farmacológico.
  • Síntomas Negativos
  •  Contenido pobre en el habla
  •  Asociabilidad
  •  Apatía
  •  Impersistencia en la escuela o en el trabajo
  •  Dificultad de atención
  •  Se presentan anormalidades anatómicas encefálicas
  •  Los síntomas son difícilmente revertidos por tratamiento farmacológico.
  •  Anormalidades estructurales en la esquizofrenia 

    •  Alargamiento de los ventrículos cerebrales
    •  Incremento  en el tamaño del cuerpo calloso
    •  Atrofia del lóbulo frontal
    •  Pruebas mediante inhalacion de 133Xe o 85Kr
    • Flujo de sangre reducido en el lóbulo frontal
    • No muestran activación hemisférica durante el desarrollo de tareas verbales
    • Alto incremento en la actividad hemisférica izquierda cuando llevan a cabo tareas espaciales
     Los electroencefalogramas (EEG) tienen un patrón especial:
    •  Actividad alfa disminuida
    •  Actividad teta y delta aumentada en pacientes crónicos
    •  Algunos muestran actividad epileptiforme
    •  Amplitud aumentada de potenciales tempranos somatosensoriales
     Estudios de EEG durante el sueño
    •  Fragmentación y disminución del tiempo total de sueño
    •  Disminución del porcentaje de ondas bajas del sueño
    •  Reducción del REM
    Cambios bioquímicos en la esquizofrenia 
        Las alteraciones bioquímicas están directamente relacionadas con la actividad de la Dopamina. Se ha encontrado una mejora significativa de los síntomas, con fármacos que bloquean los receptores dopaminérgicos como la clorpramicina y el haloperidol; así mismo, la administración de anfetaminas en pacientes normales induce síntomas psicóticos similares a los encontrados en la esquizofrenia. Las anfetaminas están relacionadas con la liberación de catecolaminas (dopamina). Estos dos hechos sugieren que la aparición de síntomas esquizofrénicos están relacionados con el aumento en los niveles de dopamina liberada. 
        Sin embargo, no se ha encontrado aumento en los precursores de la dopamina y  además, el parkinsonismo que  puede coexistir con la esquizofrenia, se caracteriza por estados hipodopaminérgicos. Estos hechos sugieren que la causa de la esquizofrenia puede estar en su lugar, en un desarrollo de hipersensibilidad postsináptica de los receptores dopaminérgicos, más que en el aumento de los niveles de la dopamina misma. 
        Se ha encontrado también alteraciones en los niveles de serotonina, pero aún no es concluyente si es por exceso o por defecto. Así mismo se ha encontrado incremento en la sustancia P.
    Tratamiento
        El tratamiento de la esquizofrenia debe hacerse simultaneamente en los tres niveles de prevención que se han establecido para todas las enfermedades y que consiste en eliminar los síntomas una vez que se han presentado; prevenir la aparición de nuevas crisis y  rehabilitar al paciente para favorecer un mejor funcionamiento global. Para evaluar los resultados de un tratamiento se deben observar los siguientes parámetros: mejoría de los síntomas, aumento del rendimiento laboral, aumento del funcionamiento social, frecuencia de rehospitalizaciones, duración de los internamientos y disminución de la dependencia a otras personas para poder funcionar.
        Por lo general, y al igual que las otras enfermedades mentales, la esquizofrenia se trata con una combinación de terapias, creadas especialmente de acuerdo a los síntomas y necesidades del paciente.
        El mejor tratamiento para la esquizofrenia es la administración de medicamentos antipsicóticos bajo la supervisión de un psiquiatra, ya que la enfermedad se relaciona con un desequilibrio bioquímico. Estos medicamentos reducen las alucinaciones, los delirios y los pensamientos revueltos, pero muy pocos tratan adecuadamente el aislamiento social y la apatía característica de la esquizofrenia.
        Como ocurre con todos los medicamentos, las medicinas antipsicóticas tienen efectos secundarios. Algunos desaparecen con el tiempo, como sequedad en la boca, vértigo, somnolencia y estreñimiento. Otros efectos son agitación, temblores, espasmos musculares, calambres y rigidez. Un efecto secundario irreversible es la diskinesia, que causa movimientos anormales en la boca, cara y luego en los brazos y piernas.
        Muchos de estos efectos secundarios pueden atenuarse o evitarse cuando se los reporta al psiquiatra. No se debe dejar de tomar los medicamentos de golpe, aumentar las dosis o tomar otros medicamentos al mismo tiempo sin consultar con el médico. Dichos cambios podrían causar una recaída u otros problemas serios.
        Los medicamentos se recetan a través de la etapa de remisión de la enfermedad para prevenir una recaída. A pesar de que una recaída puede ocurrir aún cuando se están tomando los medicamentos, éstos mismos brindan la mejor protección contra una recaída en el futuro.
        La psicoterapia y otras terapias de apoyo abordan las respuestas emocionales y prácticas a estas enfermedades y típicamente se recomiendan paralelamente la medicación.
        Las alucinaciones, los delirios y el aislamiento causados por la esquizofrenia pueden perjudicar las relaciones de una persona con los demás, su vida diaria, su crecimiento espiritual y su habilidad para realizar un trabajo. La psicoterapia individual ayuda a los pacientes a comprender sus emociones y hacer frente a sus problemas con más confianza y en una forma más sana. La terapia de grupo le permite a los pacientes aprender a actuar socialmente y obtener apoyo emocional en tiempos difíciles al mismo tiempo que ellos le brindan apoyo a los demás.
        La terapia ocupacional ayuda a los pacientes a volver a realizar sus tareas diarias y rutinas, que podrían haberse visto impedidas debido a la enfermedad mental. La terapia de actividades se concentra en los problemas a través de actividades recreativas y de grupo.

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